El poeta, dramaturgo e incesante promotor cultural Nicanor Cifuentes, conversó con nosotros para narrar desde adentro el cuerpo y espíritu que anima el IV Encuentro de Actores en homenaje al Teatro Experimental de Cali (TEC) “Enrique Buenaventura”, a realizarse del 26 de octubre al 03 de diciembre en varios espacios, entre ellos Maczul, Danzaluz y el teatro de títeres Chímpete Chámpata.
Pozos para mitigar la sed
“Yo me invento fundar la Cátedra Libre del Teatro Latinoamericano y del Caribe en la Dirección de Cultura de LUZ, para empezar a hacer allí pozos donde mitigar la sed. El pozo es la cátedra libre porque era la posibilidad de desarrollar el proyecto escénico teatral. Desde esa canoa empiezo yo a pesquisar hacia dentro y entonces fueron apareciendo unos hatos. El primero, un laboratorio de investigación, de experimentación y de creación teatral, el “Taller del Actor”. Este primer hato coincide con la llegada a Maracaibo de la poeta y la teatrista Elaine Centeno Álvarez. Así empezó y se hizo “Bollanchain”, con Lolymar Suárez Ayala, se hizo lo de Cortázar, “Final de Juego”, y luego se ha hecho el tercer trabajo que es “Tranvía Corazón Descabellado Rueda”. Pero hacía falta una comunidad de hatos, hacía falta vecindades. Entonces apareció otro hato, Ediciones Yanama. Fundé una revista, y entonces la revista era para ir registrando el material de una gente con quien tenemos el parentesco de tener una poética, una metódica, una manera de hacer trenzamiento de ese proceso donde lo primero no es estrenar ni montar sino un autoreconocimiento para que haya revelación y no representación, para conformar un colectivo que en lo fundamental encandile de adentro hacia fuera. Ediciones Yanama está en el cuarto título con el Teatro Experimental de Cali, con sus materiales teóricos, sus experiencias de trabajo teorizadas, sistematizadas. Luego apareció otro hato, Jornadas Actor Cuerpo y Espíritu. Allí dije yo: «en ese hato vamos a empezar a diseñar una manera de estudiar la expresión multiétnica escénica del Zulia». Ahora está naciendo el hato colectivo “Armando Reverón” para eventos escénicos de pequeño formato e incidir en realidades incontenibles, como por ejemplo en la gravedad del deterioro ambiental. Y hay un hato que es para conversar con todos los lenguajes creadores, el pintor, el cuentacuento, el artesano, el rastreador de chipichipis, es decir, todo lo que sea trabajo que requiera de una técnica, que requiera de un tiempo -para que aparezca el chipichipi ya preparado o el poema ya hecho-; son los coloquios. Tienen un nombre muy tieso, muy fuerte, «Estrategias para la simbolización y producción de sentido en la praxis artística regional». Consisten en invitar a gente para que cuente según el tiempo que quiera, si es en tres días, debajo de una enramada o en una tarde con video-beam, sin video-beam, con rayas en el sueño, con carbón, con cal, con señales de humo, como fuera, cómo él se ha inventado una lógica otra con la que comparte un proyecto. Un proyecto por supuesto, que contribuya a hacer el hombre más hombre y hacer el hombre más amoroso y hacer el hombre más solidario y hacer el hombre más alegre y hacer el hombre más visionador de lo que le precede, de tal manera que la cátedra libre, esa canoa, tiene adentro estos cuerpos de trabajo, estos ánimos de hacer.”
Encuentro con los parientes
“De pronto pensamos que era importante invitar a otras personas y es cuando encontramos el trabajo de Eduardo Gil con el TET (Taller de Experimentación Teatral), cuando nos tropezamos con el grupo La Bacante, con el teatro Altof, en Caracas. Entonces vemos que tenemos unos parientes en el país con los que podemos compartir experiencias y así empieza a nacer la idea de que hagamos encuentros en los que durante quince días, una semana, haya intercambios de saberes y conocimientos, «cómo lo hacéis vos, cómo lo hago yo», claro, todo bajo una estructura de taller, lo que implica un compartir experiencias que siempre dan emanaciones para hacer una reflexión teórica hacia el discurso de montaje, hacia un trabajo. No para hacer libros solamente, nos interesa cómo cualificar, cómo darle plenitud al entrenamiento o a sus diversas modalidades para un mayor rigor en la expresión. De eso se trata, el encuentro es para eso, un evento gozoso, donde lo central es compartir entrenamientos, compartir resultados.”
Enrique Buenaventura
De fiesta los artistas del mundo
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